28.4.11

Fiesta de flores

Desde hace un tiempo leemos el blog Colorín Colorado y hoy tienen una fiesta virtual de flores. Nosotros nos dedicamos a los muñecos a mano, pero vivimos en Guatemala, el país de la eterna primavera, así que nos unimos a la celebración!!!

Aquí hay flores por todas partes... en las calles, las casas, los parques, etc... y lo mejor es que duran todo el año!!!  Entre todas esas flores hay unas que se comen y son deliciosas... Un ejemplo es la Flor de Izote. Como los Pupetos somos de buen paladar... pues... se nos ocurrió postear la que cocinamos para el almuerzo. ¿Se les antoja?

¡El chef Pupeto listo para comenzar!


Un "solo" del ramo...


Lo único complicado: la despenicada y limpieza de las flores (se les quitan los pistilos para que no se amarguen). Ardua labor... pero vale la pena!!


 Luego... las flores limpias se cocinan en el recado...


...unos minutos al fuego y a servir!!


¡Qué bueno estaba!


Después... a seguir trabajando...
en un proyectín con flores que mostraremos en otro post.


¡Qué buena fiesta!

En el blog Carpe Diem vimos una pizza con flores de izote... la probaremos después. ¡Hasta luego!


27.4.11

Adornos para lápices (Aprovechando el insomnio)

Una noche de insomnio más unos libros de cuentos dieron como resultado:

¡Estos adornos para lápices!





¿Qué tal?

"La imaginacion es mi lugar preferido para pasear con mi insomnio." (Ira Gonzalez)

 

20.4.11

¡Huevos de fieltro para celebrar la Pascua!

La Pascua es una fiesta cristiana en la que se celebra la Resurrección de Jesucristo. En algunos países se acostumbra a festejarla escondiendo huevos cocidos y coloreados en los jardines, para que los niños pequeños los encuentren. Esta costumbre está basada en la leyenda del Conejo de Pascua y con el tiempo los huevos cocidos se han cambiado por huevos de dulce o de chocolate. 

En Pupetos se nos ocurrió hacer unos huevos de pascua de fieltro. A ver qué les parecen. 

¡Ah!... Y al final de la entrada encontrarán la leyenda del Conejo de Pascua para que la compartan con quien ustedes quieran. Ojalá que les guste.




La leyenda del Conejo de Pascua

Un conejo se acercó a saltos a la gran cueva, buscaba aunque fuera una rendija para espiar al interior. ¿Quién sería ese hombre tan importante que desde hacía tres días estaba sepultado allí? Los que lo fueron a enterrar lloraban mucho por él y murmuraban: "Verdaderamente este Jesús era el hijo de Dios". ¡Con qué razón - se dijo el conejo - la gran tempestad que hubo cuando lo crucificaron, si era el hijo de Dios y se llamaba Jesús!

Estaba pensando el conejito en esas cosas, cuando la piedra que cerraba la entrada a la cueva rodó y dejó al descubierto la parte de adentro. Con gran sorpresa, vio a Jesús caminando hacia afuera envuelto en una extraordinaria luz, tan fuerte, que casi lo cegó.

Nuestro animalito no sabía qué hacer, se sentía a la vez asustado y feliz, con gran alegría y con miedo. ¡Es Él, es Él! - pensaba - y quería gritar a todo el mundo su descubrimiento: ¡Había visto a Jesús elevándose al cielo! Pero como los conejos no hablan, él no podía decirlo. ¿Qué hago? -resonaban los pensamientos en su mente- ¡Ah, ya sé, ya sé!

Salta que salta por los caminos, fue recogiendo todos los huevos que encontraba, luego los pintó con colores vivos y los fue escondiendo entre las flores, los árboles, las piedras y entre los jardines. ¡Eran tantos los huevos pintados! La gente que los veía se preguntaba quién los había dejado y qué significaban. 

Poco a poco, nadie supo cómo, el rumor del origen de los huevos de pascua se esparció por todas partes y... ¿Qué significaban?, pues que: ¡Jesús resucitó! ¡Jesús resucitó!

Desde entonces los niños cristianos del mundo buscan los huevos de pascua para recordar la alegría de la Resurrección. 

Fin

8.4.11

¡Experimentando con nuevos materiales!

No solo de fieltro nace un Pupeto. Vimos un muñeco de trapo y se nos antojó hacer el propio. Solo necesitamos imaginación, retazos de tela, hilo, alfileres, agujas, relleno, paciencia, paciencia, paciencia...  y... ¡¡¡Chachánnnnnnnnnnnnnnnn!!! No fue uno, ni fueron dos... ¡¡¡Fueron tres!!!


 1

2
 
 3

¿Qué tal? Solo falta bautizarlos. ¿Cómo los llamarían?

4.4.11

Caperucita roja (Nueva edición)

Esta es la nueva edición de la Caperucita Roja en títeres de dedo. Este tipo de títeres son ideales para entrener a los niños y favorecer su creatividad. El primer juego se lo llevó un amigo, para trabajar con sus estudiantes. ¿Se animan a tener el suyo?

Pueden encontar el cuento de la Caperucita al final de esta entrada. Ojo: El cuento que ofrecemos es la versión adaptada por Pupetos. Lo decimos porque... ¡Nos encanta el Lobo y lo queremos sano y salvo!


Pueden pedirlos escribiendo un correo a pupetosamano@gmail.com
En este momento solo atendemos pedidos en la ciudad de Guatemala. 

La Caperucita Roja

“¡Ahí va la pequeña Caperucita Roja!” Todos en el pueblo conocían a la niña por ese nombre, porque siempre llevaba puesta una capa con gorra roja cuando salía a pasear. Un día salió a casa de su abuelita, que vivía en el bosque, a llevarle una canastita llena de comida. 

Por el camino, Caperucita Roja se encontró con el lobo. Su mamá le había advertido que no hablara con extraños, pero ella no le hizo caso. El lobo le preguntó a dónde iba y ella le dijo: “Llevo esta canastita con comida para mi abuelita”. Luego se dio la vuelta y se fue.
El lobo tomó un atajo para llegar a la casa de la abuelita antes que Caperucita Roja. Al llegar, el lobo vio que no había nadie. Así que entró en la casa, se puso el camisón de la abuelita y se metió en la cama. Justo entonces alguien llamó a la puerta. “¡Adelante!” Dijo el lbo con su voz ronca, y Caperucita entró. 

“¿Qué le ocurrió a tu voz abuelita?” Preguntó Caperucita Roja. El lobo pensó rápidamente y dijo: “Estoy ronca porque me duele la garganta, querida”. “Pero abuelita, ¡qué orejas tan grandes tienes!” Comentó Caperucita conforme se acercaba. 

“¡Son para escucharte mejor!” Contestó el lobo. Caperucita Roja se acercó aún más y exclamó: “Abuelita, abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!”, “¡Son para verte mejor!” Respondió esta vez el lobo. 

Caperucita Roja se acercó aún más y trató de ver la cara del lobo. “Abuelita, ¡qué dientes tan grandes tienes!”. “¡Son para comerte mejor!” Gritó el Lobo. Caperucita chilló del susto y huyó hacia el bosque gritando en busca de ayuda: “¡Auxilio, auxilio, el lobo me quiere comer!”. El lobo la persiguió tratando de atacarla. Mientras Caperucita corría desesperada se encontró con alguien. ¡Era la abuelita! ¡Qué feliz estaba de verla!

La abuelita se enfrentó al lobo y lo ahuyentó. Luego llevó a Caperucita a casa para darle un rico trozo de pastel. 

Después del susto, Caperucita Roja prometió obedecer a su madre y no hablar con extraños.
Fin

La Bunnyta

Esta pupeta se llama Bunnyta y fue creada especialmente para dar la bienvenida al mundo a una niña muy querida. 



Si quieren una mascota única e irrepetible para su evento solo deben escribir a nuestro correo: pupetosamano@gmail.com y nos pondremos en contacto con ustedes.

2.4.11

Nazarito, un ser lleno de amor

Les presento a Nazarito, la mascota del Hogar Nazaret. La idea de este personaje nació de ver a unos conejitos salvajes que llegan a comer todas las madrugadas a los jardines del hogar. Abajo de la imagen pueden encontrar la historia. Espero que les guste.
 

Pueden adquirir el suyo en las oficinas de Hogar Nazaret, centro de educación especial:
8 calle 12-33 zona 8, Mixco, Ciudad San Cristobal, Sector A-10, Guatemala, Guatemala
Código Postal: 01057
Teléfonos: 24781704 y 24795261


Nazarito
Un ser lleno de amor

Nazarito es un ser mágico que andaba buscando un lugar donde ser bienvenido y querido. Decidió probar suerte en la madriguera de los conejos, pero aunque ellos eran muy amables, Nazarito sentía que le faltaba algo, así que decidió intentarlo en el nido de los pájaros, pero igual que antes, Nazarito no se sentía del todo bien, así que les agradeció la hospitalidad y siguió su camino. En una de sus andanzas encontró una casa que se veía iluminada por una luz bella y acogedora: era el Hogar Nazaret. En cuanto entró, sintió que lo recibían con los brazos abiertos y le daban todo el amor que necesitaba.

Después de un tiempo en el Hogar, Nazarito había acumulado tanto amor en su corazón, que decidió salir y compartirlo con las personas que lo llevaran a casa.